Crema de calabaza: es una receta rica, muy sana, baja en calorías y muy sencilla de realizar.

Muy recomendable como acompañante o primer plato en la cena de nuestros peques. El toque dulce de la calabaza y su textura extra suave hace innecesario añadir lácteos, ni leche ni quesitos por lo que es una buena opción para intolerantes a la lactosa. Si a su textura y sabor añadimos sus propiedades coincidiréis conmigo en que es una muy buena opción.

Las calabazas contienen potentes antioxidantes naturales, ya que son muy ricas en vitaminas A, E y C, nos ayudan a proteger nuestra piel frente a las agresiones solares, fenomenal ahora en verano, y nos ayudan a tener un sistema inmune activo. También destaca por su concentración de minerales sobre todo potasio, fósforo y magnesio y por su alto porcentaje en fibra. Y además NO ENGORDA, 100 gr de calabaza tan sólo nos aporta 26kcal, apenas tiene grasa con lo cual es una cena estupenda también para los adultos que quieren cuidarse sin dejar de alimentarse correctamente y sin pasar hambre.
Ingredientes: 

  • Calabaza; dependiendo de la estación del año podemos encontrar distintos tipos de calabaza, yo suelo utilizar la Totanera, de aspecto verde verrugoso por fuera y amarilla por dentro o la de forma de botella, naranja por fuera y por dentro. Con las dos sale muy rica. Un trozo generoso, medo kilo.
  • Calabacín; un calabacín grande o dos pequeños
  • Cebolla tierna; un manojo (dos unidades)
  • Sal del Himalaya (o sin refinar preferentemente), pimienta negra, nuez moscada
  • Aceite de oliva virgen extra (30ml o tres cucharas soperas)
  • Para acompañar; trocitos de jamón serrano, caviar o sucedáneo de caviar

Preparación:

Ponemos una cacerola al fuego y añadimos el aceite de oliva, cuando esté caliente añadimos la cebolla cortada en juliana o a trocitos pequeños, se remueve una par de minutos pochar, hasta que huela a cebollita frita y se añade a continuación el calabacín cortado en rodajas finas y la calabaza en dados (2cm de lado, o más o menos no hay que medirlos).

Se rehoga todo a fuego fuerte para dorarlo otro par de minutos y se añade agua hasta cubrir todo. En este momento añadimos sal, pimienta y un poquito de nuez moscada, la nuez moscada es muy aromática, si no se está acostumbrado no añadir demasiado o enmascara todos los sabores.

Cuando empiece a hervir bajamos un poquito el fuego y tapamos para que se cueza en su jugo. Dejamos cocer unos 15 minutos y pinchamos con un tenedor la calabaza y cuando veamos que está tierna apagamos el fuego.
Ya sólo nos queda pasar por la batidora hasta que observemos una crema suave y sin grumos.
A la hora de servir hay varias pociones, en casa nos gusta con trocitos de jamón serrano en taquitos muy pequeños, es la preferida de mis hijos, el contraste dulce salado está buenísimo.
Otra opción es añadir una cucharadita de caviar, o sucedáneo, la mezcla de sabores es fantástica y el juego de texturas también. La suavidad de la crema con el crujir de las bolitas y su toque salado…
¿Cuál elegís?

 Lola Quiles.