Alcachofas en su jugo con tomate

Bajo mi punto de vista, la alcachofa es una de las hortalizas más sabrosas y con mayor valor nutricional que podemos encontrar. Se trata de la flor de la alcachofera. La época de recolección va de final de octubre hasta abril, aunque los meses óptimos son de enero a marzo. Hoy en día podemos encontrarla todo el año, pero mejor tomarla en temporada. A la hora de elegir la alcachofa es importante que tengan un color verde homogéneo, que no tenga las puntas marrones o negras, que esté cerrada y pese, compacta al tacto.

Hay quien no las cocina por lo incómodo de pelar y porque pigmenta la piel. Para que la alcachofa quede tierna, hay que ir eliminando las hojas desde la base hacia arriba hasta que aparezcan las hojas de tonalidad más clara. Luego con un cuchillo fino patatero pelaremos el rabo y un poco de la base que presente color verde oscuro. Por último, cortaremos la mitad superior de la alcachofa desechándola y reservando la base o cogollo. Si no queremos que el cogollo se oxide y tome un color oscuro podemos rociar o frotar con un poquito de limón.

Una vez peladas las alcachofas, prepararlas es muy sencillo. En este caso me he decidido por alcachofas con tomate y jamón aunque son muchas las recetas a las que podemos añadirlas.

Ingredientes (2 /3 personas)

6 Alcachofas

2 Tomates maduros

1 diente de ajo

1 guindilla

20/30 ml de aceite de oliva

Unos taquitos pequeños de jamón

Sal y pimienta

Elaboración

Una vez limpias las alcachofas se cortan en láminas, unas 8 ó 10 trocitos por alcachofa. Lavamos y rallamos los tomates, también se ralla el diente de ajo.

En una cacerola añadimos el aceite de oliva virgen y cuando esté caliente se añade la guindilla, el tomate y el ajo rallado. Lo hacemos cuando aún el aceite no llega a humear para que no se queme. Se remueve durante un par de minutos hasta que se concentre el tomate y se huela a ajo y tomate frito. Añadimos un par de vasos de agua. Se incorporan entonces las alcachofas troceadas, los trocitos de jamón, la sal y la pimienta. La sal con moderación, pues ya lleva bastante el jamón. Tapamos la cacerola, se baja el fuego y se deja hervir hasta que la alcachofa esté tierna, 30/40 minutos. Para que quede la salsa espesa, una vez que la alcachofa esté en su punto elevamos el fuego para evaporar el agua y que la salsa de tomate quede concentrada.

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Variaciones

En general en casa nos gusta el picante pero esta receta se puede hacer sin guindilla. Si no nos gusta que pique mucho añadimos la guindilla sin trocear al aceite y luego la retiramos, si la rompemos y salen las semillas la salsa picará más.

Si no tenemos jamón y tenemos en casa chorizo picante también le va muy bien a esta receta. Para veganos se podría añadir chorizo vegano.

Disfrutad de las bondades culinarias de las alcachofas, además de su delicado sabor a piñón. Sus propiedades son muchísimas… Nos aportan fibra, minerales y vitaminas, son depurativas, diuréticas y ayudan a bajar los niveles de ácido úrico y también los de azúcares en sangre. Por otro lado son aliadas perfectas de las dietas ya que ayudan a quemar grasas, depuran el hígado ayudando a la pérdida de peso. Además 100gr de alcachofas sólo tienen 17kcal. Puedes incluirlas en muchos guisos, con legumbres, arroz, pasta, a la plancha e incluso crudas.

Buen provecho.

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